Siempre tuve nostalgia de los días anteriores a la crisis, siempre me ahogo en suspiros al recordarlo y siempre viví suspirando por su retorno; pero jamás volvió a pesar de que antes me acordaba bien de esos tiempos su recuerdo se me desvanece a veces.
Mi hija nunca vivió esos días anteriores a la crisis mientras todo el mundo disfrutaba. A veces me preguntaba si fue verdad que hubo un tiempo anterior a la crisis. La crisis vino de repente sin avisar; sólo dijo: Ahora yo vengo en el lugar de los días de expansión.
Su voz secreta albergaba muchos secretos como si de una amenaza en la noche oscura se tratara, y que amenazaba los tiempos en los que vivíamos en holgura.
Alguien le preguntó como iba a ser esta nueva etapa Y volvimos al silencio.
También me acordaba que antes de la crisis había vacaciones y se lo conté. Con tristeza tuve que decirle a mi hija que ya no había.
Mi hija me preguntó: ¿Qué es la crisis? No sé es como una enfermedad le contesté.
—¿Quiere decir eso que estamos enfermos?
—No sé hay cosas que antes veía y que ahora no veo no sé si eso será que estamos enfermos.
En los tiempos anteriores a la crisis conocí a uno que se decía adivino. Siempre iba diciendo que se avecinaba la crisis pero nadie le hizo caso por lo repetitivo que era.
Se pasó la vida recorriendo los caminos y anunciando la crisis mientras vivía de la caridad.
Iba por multitud de caminos, arriba y abajo y luego en todas direcciones. Quizás por uno de esos caminos fue por donde vino la crisis.
Yo ya me imaginaba que esto pasaría, ¡Maldito sea el día en el que no le presté atención!.
Yo ya me imaginaba que toda esta abundancia teníamos que pagarla pero no le hice caso.
Tu madre decía que al menos nos quedaba la caridad divina y que era la voluntad de Dios.
Los tiempos antes de la crisis eran diferentes, tu madre llevaba la camisa por fuera de la falda no como ahora que las ropas aprietan. Esos eran los tiempos de antes de la crisis.
Creo recordar que alguna vez recordé esos tiempos hasta el comienzo del amanecer pero luego se desvanecieron con la entrada del nuevo día.
Tu madre nos puso algo de comer y sacó hilo de remiendo, se puso a remendar algunas de nuestras ropas y también se puso algo de azúcar en el café con la esperanza de salir antes de la crisis
—¿Qué había antes de la crisis mamá?
—Antes de la crisis…Pues sí, yo estuve a punto de acabar con otro pretendiente, antes de la crisis no me faltaban los pretendientes. ¿Nunca te lo contó tu padre?.
—Si hubiera pasado eso quizás tú no estarías aquí y te habrías salvado de la crisis.
—¿Qué hay después de la crisis mamá?.
—No lo sé hija y creo que nadie lo sabe.